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Los cambios en los hábitos de consumo han generado nuevas exigencias en los consumidores. Una de estas es esperar la menor cantidad de tiempo entre que se realiza el pedido y la entrega al consumidor final. Al tener un mayor control en sus entregas en cuanto a un mejor seguimiento y agendamiento, la logística de última milla se ve enfrentada a retos gigantescos.
Estos retos aparte de ser muy complejos, sufren con factores externos que dificultan el normal desarrollo de la logística. Existe un componente que complejiza las entregas, hablamos de las megaciudades. Conocidas por abarcar más de 10.000.000 de habitantes, estas ciudades en mención son cada vez más caóticas, tienen alta densidad poblacional lo que se refleja en un mayor tráfico vehicular y cada vez nacen más restricciones gubernamentales, entre otras características que vuelven cada vez más complicado cumplir con estas exigencias de los consumidores.
Frente a estos problemas, empresas como Mensajeros Urbanos buscan soluciones disruptivas en la logística de última milla. Entre estas soluciones se encuentran tácticas como la implementación de tecnología e inteligencia artificial, soportar la operación con redes colaborativas, implementación de redes capilares de bodegas urbanas y puntos de cross-docking, en este caso, nos enfocaremos en la última temática.